martes, 15 de mayo de 2007

Monólogo en la Diputación

Monólogo en la Diputación (POR ANTONIO MUÑOZ)

CÓRDOBA.http://www.abc.es
El vuelco electoral en la Diputación sólo tendría sentido en una película de ciencia ficción o en un cuento de hadas. La hegemonía socialista en la provincia reduce el interés de esta batalla al movimiento pendular de diputados entre la oposición
El PSOE ejerce el control absoluto en seis de los diez partidos judiciales en los que se divide la provincia. Ésa es la parte magra de la lucha electoral. Los capítulos con sustancia se dirimirán en el partido judicial de Córdoba (compuesto por catorce municipios, incluida la capital) y en la zona sur.
El primero configura la mitad del Pleno y es el que determina quién queda como primera fuerza de la oposición. Así fue en las elecciones de 2003, cuando de los trece diputados, cinco (tres por la capital) fueron a parar al PP. En el resto de la provincia sólo obtuvo uno más, el del partido judicial de Pozoblanco. IU acaparó 6 (dos por la capital, donde consiguió el 41 por ciento de los votos) de los 8 que tiene en la actualidad y el PSOE, que gobierna con trece diputados, alcanzó dos diputados en un batacazo histórico de esta formación.
Este último partido ganó las elecciones en 44 municipios y entidades locales (frente a los 51 de cuatro años antes). Perdió o vio amenazadas 15 alcaldías, en parte por la aparición de las formaciones independientes, como el caso del Olivo en Fuente Palmera o Fuente Carreteros.
El PP deja atrás la crisis
Pero sin duda, el gran perdedor de la noche electoral de 2003 fue el PP presidido por María Jesús Botella. La sima en la que cayó se originó con el enfrentamiento fraticida de un año antes entre los oficialistas del aparato regional y los críticos (bellidistas) de la ejecutiva provincial. La salida de éstos de la dirección provocó una escisión que hizo mucho daño en la capital, pero también en localidades como Villa del Río, donde los críticos fundaron Unide y se hicieron con la Alcaldía.
El PP no pudo detener la sangría de votos en la provincia. Se dejó en el camino 30.000 votos respecto a 1999, la mayor caída, después del PSOE, que también retrocedió lo suyo (unas 32.000 papeletas), especialmente en la capital, mientras que IU subió 28.000. Eso le permitió arrebatar a los populares un diputado por el partido judicial de Córdoba, mientras que el PSOE se aprovechó de la debilidad de las filas populares en Lucena para llevarse los dos diputados (hasta entonces se lo habían repartido ambas formaciones).
Cuatro años más tarde, la situación es bien distinta, con un PP cohesionado en todos sus frentes y unas expectativas de voto que se sitúan en un nivel parecido a 1999.
El norte, para PP y PSOE
Internamente, en el PP se confía en el voto rural de Los Pedroches para revalidar el acta de su diputado por aquella demarcación (el otro irá a parar a manos del PSOE), más aún con los fichajes en Pozoblanco (Baldomero García) y la incógnita que supone en el PSOE la candidatura de su actual alcalde, Benito García, que asumió el bastón de mando tras la marcha de Antonio Fernández a la Delegación de Empleo. Existe un abismo entre el carisma y las influencias de uno y otro del que se puede beneficiar el PP. Este partido cuenta en la zona con las plataformas de las alcaldías de Villanueva de Córdoba (Dolores Sánchez), que le cayó en las manos por la desintegración del PSOE, Añora (Bartolomé Madrid), Conquista (Luis Buenestado), Villanueva del Duque (Maria Isabel Medina) y Torrecampo (Andrés Pastor).
Los otros dos diputados del norte (uno por Pozoblanco y otro por Peñarroya) caerán del lado del PSOE, salvo que la política de pactos le lleve a un sonado fracaso. Sus alianzas con PP (en Peñarroya) y PA (Belmez) podrían abrir el paso a IU.
La Campiña aporta cuatro diputados: dos por Aguilar y otros dos por Montilla, que se reparten a partes iguales el PSOE e IU (uno en cada partido judicial). Ambos tienen cinco alcaldías cada uno, excepto las de Monturque y Moriles, que controla el PA. No es previsible cambio alguno, aunque sí habrá que estar atento al comportamiento de IU, retrocedió en todos los municipios, destacando como casos más sonados la pérdida de tres concejales en Montilla y la mayoría absoluta en Puente Genil, donde el alcalde está sometido a un duro acoso por supuestas irregularidades urbanísticas en la construcción del cuartel de la Guardia Civil
Subbética puede desequilibrar
Si el partido judicial de Córdoba define la mitad del Pleno provincial, la Subbética también puede desequilibrar (uno por el de Cabra, otro por el de Priego y dos por el de Lucena). Aquí el PSOE sólo controla uno de los municipios grandes (Lucena); el resto está controlado por PP, PA e IU, En Priego ya no gobierna el PSOE, cuyas opciones de recuperar la Alcaldía (un pacto entre PP y PA se la arrebató) pasaban por la vuelta de Tomás Delgado. Pero el juicio que tiene pendiente le ha obligado a renunciar (podría ser inhabilitado). ¿Quién se llevará el diputado? Dependerá de lo que suceda en esta localidad (donde viven 23.000 de los 29.000 vecinos registrados en esta demarcación) y de si PP y PA han sabido rentabilizar estos cuatro años de gobierno. En estos momentos, el único diputado es del PSOE (Almedinilla) y curiosamente corresponde al presidente de la Diputación, Francisco Pulido.
En Cabra, se prevé una interesante lucha, y prueba de ello es que el PP ha apostado por el médico de 66 años Manuel Marín, quien goza de gran prestigio. El acta está en manos del PSOE gracias a los votos de su localidad, pero también de las otras tres: Doña Mencía, Nueva Carteya y Zuheros. En este último no repite Antonio Camacho (PSOE) y el nuevo puede resultar una sorpresa. Y en el partido judicial de Lucena hay otros dos diputados: uno tiene garantizado el PSOE, ya que se trata de un feudo de dominio socialista. El profesor José Luis Bergillos manda sobre 12 de los 21 ediles, y nada indica que vaya a retroceder y encima ha sabido salvarse de la quema en la única sombra de este mandato: la demanda del hospital que echó a la calle a 50.000 personas.
El partido judicial de Baena tampoco debe dar quebraderos de cabeza al PSOE. Baena y Luque (que es los mismo que nombrar a Luis Moreno y Telesforo Flores) son dos seguros de vida, pese a que el primero tuvo al pueblo en contra con su decisión de construir un vertedero de residuos peligrosos.