lunes, 10 de septiembre de 2007

VILLA DEL RIO NOVILLADA CON PICADORES.El Capricho gana la partida

10/09/2007 RAFAEL DE LA HABA http://www.diariocordoba.com
Ganado: novillos de Toros de El Capricho, muy bien presentados y de buen juego. El primero, medido de fuerzas, fue sin embargo muy noble, como el tercero y el cuarto. El sexto tuvo raza al igual que el segundo, pero además este se entregó mucho. El quinto resultó el más incómodo, aunque sin ningún problema insuperable.
Solano González: estocada (dos orejas); y dos pinchazos y estocada trasera y caída (silencio).
Víctor Abad: estocada (dos orejas); y pinchazo y estocada (una oreja).
Israel de Córdoba: estocada baja y atravesada (una oreja); y pinchazo hondo caído, otro pinchazo y estocada caída (una oreja).
Plaza: Villa del Río. Media entrada en tarde de nubes y claros.
Los tres novilleros salieron ayer a hombros en Villa del Río, pero los que triunfaron fueron los novillos de El Capricho. Primero, por presentación, ya que saltaron, en conjunto, cuajados y bien armados. Y segundo, por juego. Los hubo nobles, como primero, tercero y cuarto, los tres muy toreables, pero también enrazados como sexto y segundo, este además repitiendo y metiendo la cara con entrega. Magnífico ejemplar. Incluso el quinto, el más incómodo, tampoco planteó grandes problemas. Y sin embargo, de parte de los toreros, muy poco para el recuerdo.
Solano González --entró en sustitución del herido David Valiente-- volvió a ser, una vez más, todo voluntad, pero hasta ahí. Animoso y bullidor con el capote en el saludo y en un quite en su primero --también puso banderillas en este como en el cuarto, aunque fue pura anécdota--, con la muleta le falló la colocación y también que se dejó tocar mucho. Más asentado que otras veces, aunque para eso contó que el novillo, medido de fuerzas, lo dejó estar, trazó algún derechazo estimable, pero el conjunto no enganchó. Como tampoco el trasteo a su segundo, animal cuajado y noble al que no le encontró el sitio. Además, cuando acertó a ponerse, tampoco los muletazos tuvieron fondo.
A Víctor Abad le correspondió en primer lugar un magnífico novillo, con raza y repitiendo, ejemplar por esto exigente, pero también muy agradecido porque metía la cara entregado. El torero, sin embargo, no terminó de cogerle el aire y su toreo, en series cortas, no pasó de bullidor, siendo muy pocas las veces que lo llevó largo. De la estocada salió prendido pero sin consecuencias. Y ya en el otro, que punteaba y cabeceaba, incómodo por esta circunstancia, Abad le dedicó su tiempo pero no sacó nada en claro. Lo mejor de su actuación fue el toreo de capote, que resultó compuesto.
Por último, Israel de Córdoba, ante su primero, ejemplar de considerables pitones, mostró más aplomo y serenidad que otras tardes, aunque tras un saludo de capote muy eléctrico tampoco llegó a muletear con cuerpo. La mala colocación le obligó a rectificar y a que los muletazos fueran de uno en uno, además sin la limpieza necesaria. La forma de entrar a matar, saliéndose del encuentro, fue muy fea, dejando una estocada baja y atravesada.
El sexto, encastado, le sobrepasó. Movido de planta, el animal fue comiéndole terreno por los propios defectos del torero, que además le quitaba el trapo antes de tiempo. Y hasta ahí. El festejo no dio más de sí.