lunes, 28 de mayo de 2012

Medalla de oro para Pedro Escacena Barea, pintor con obras en el Museo Manolete de Villa del Río.

 
Medalla de oro para un gran artista
 Esta noticia pertenece a la edición en papel de Diario Córdoba.
28/05/2012
El pasado día 23 de mayo, el artista Pedro Escacena Barea recibió la Medalla de Oro de la Diputación Provincial de Sevilla por su trayectoria dentro del mundo taurino y pictórico, demostrando que se puede ser profeta en su tierra. Aunque su arte, su corazón, su pincel, su genialidad, son universales.
Nació y creció hace 80 años, en el popular barrio de La Macarena. Más tarde cruzó el Guadalquivir para instalarse en Triana, y hace más de medio siglo, eligió Tomares, para disfrutar de su pasión: la pintura.
Hubo una época en que vistió el traje de luces, "El rubillo de la Barqueta" le llamaban, quienes admiraban su toreo. Pero una mañana primaveral, se cruzó en su camino su musa Aurora, esa mujer guapa, morena, con aire de misterio, al más puro estilo de nuestra "Chiquita Piconera", que le sirve de inspiración, y aparece en muchos de sus cuadros tímidamente asomada. Fue cuando el novillero colgó el traje de lentejuelas doradas, pero no abandonó su afición por el arte de Cúchares. Comprobó como toro y lienzo pueden ir unidos, y cambió los ruedos por el taller-estudio, así como la muleta y estoque, por la paleta de colores y el pincel.
Desde ese instante, se convirtió en uno de los pintores taurinos más famosos de España. La figura de Manolete, aparece en múltiples cuadros del ilustre artista. Su peculiar firma, avala un singular lance del "Niño de Doña Angustias", que da luz al Museo Taurino de Villa del Río. Varias de sus obras, engalanan la Casa-Palacio del IV Califa. Sus pinceles dieron vida a Manolete, en el cartel anunciador de aquella fatídica terna en 1984, en el coso de los Llanos de Pozoblanco. Muchos son los diestros cordobeses que ha llevado a sus lienzos, recreando a Finito con un inmenso trincherazo, entre columnas de nuestra Mezquita, o con un adorno, junto al Cristo de los Faroles. Córdoba siempre está presente en sus grandes faenas, tanto en el antiguo coso de Los Tejares, o el actual ruedo de Los Califas.
"Pedro, con toda seguridad que alguno de tus antepasados, llevaron sangre cordobesa", le digo entre bromas. Y sonríe, con la inocencia propia de un chiquillo ilusionado de 80 años. Y es que solo su categoría humana supera a su calidad artística. Hoy como cordobés y amigo te dedico este texto, y como muestra de agradecimiento y admiración, me quito la montera. ¡Gracias maestro, y enhorabuena por el merecido galardón!
Antonio Lozano Herrera