jueves, 21 de julio de 2016

El abogado de Villa del Río, Rafael Moya, narra su experiencia en el servicio de justicia gratuita.

Turno de oficio: en las trincheras del juzgado

MANUEL J. ALBERT | 21 de julio de 2016

Tres abogados narran sus experiencias en el servicio de justicia gratuita que atiende a personas que no pueden permitirse un letrado particular

Todos los abogados del turno de oficio conocen esa sensación: la de sentarse a comer y no saber si llegarán a los postres; o acostarse y preguntarse cuántas horas podrán dormir. Y todo ello, con un ojo siempre puesto en el teléfono móvil, el chivato que puede convertir una jornada, sin más, en una aventura legal.

Casi 740 letrados prestan servicio en el turno de oficio en Córdoba. Todos ellos tienen historias distintas que contar, pero nosotros nos vamos a centrar en tres profesionales unidos por la vocación de servicio y la satisfacción de prestárselo a quienes de otra forma no tendrían acceso a la justicia.

(...) Los letrados del turno reciben una retribución media por expediente de entre 125 y 250 euros, lo que supone un sueldo de entre 2 y 4 euros la hora. Es decir, no trabajan por dinero. Por tanto, el Colegio de Abogados subraya en un comunicado que "sí existe la justicia gratuita y el turno de oficio se debe a la dedicación, el sacrificio y la entrega personal de los abogados y la gestión de sus colegios".

Entonces, ¿qué mueve a estos profesionales autónomos a dedicar un tiempo precioso a atender asuntos que no les reportan apenas ingresos? (...)


( FOTO: Rafael Polonio Fernández, María del Mar Ruiz de Julián y Rafael Moya).


El abogado de Villa del Río, Rafael Moya, que lleva tres lustros en el servicio, reconoce el lado vocacional y altruista, pero añade dos más: el del reciclaje continuo a través de cursos de especialización que se exige para los profesionales y el del verdadero subidón que proporciona el trabajo: "El turno de oficio es una aventura cada vez que tienes una llamada. Y esa aventura te produce la adrenalina que necesita cualquier profesión". ¿Y cómo afecta semejante montaña rusa a la familia? "Con el tiempo, la familia lo asume con la mayor naturalidad. Si un día estoy de guardia, estamos todos de guardia", zanja Moya.

Como cada asunto, cada guardia es distinta. Un abogado puede encontrarse desde una simple denuncia por cometer delitos bajo los efectos del alcohol o todo un caso de asesinato, como le ocurrió a Rafael Polonio cuando un hijo mató a su padre en Luque. "Acababa de colegiarme y fue uno de los primeros casos que se juzgaron con jurado. Tras algunos rechazos, el caso me llegó a mí y lo acepté sin dudar. Aquello me marcó y siempre recordaré cómo me curtió", explica casi 20 años después.

(...) Más de siete centenares de abogados en Córdoba tienen historias de todo tipo vividas en el turno de oficio. Experiencias que en muchos casos no se les olvidarán nunca y que han llegado a atender como si su oficio les fuese en ello. "Por ética, a las personas que acuden al turno de oficio hay que tratarlas con la misma celeridad y profesionalidad que a un cliente de particular. La implicación es la misma y a veces, incluso mayor, por el sufrimiento que ves en ellos", zanja Rafael Polonio.